Arando el porvenir con viejos bueyes...

"Hago un cafe, romántico o barroco,

recorro mi cabeza en agua fría,

y en el espejo veo al viejo loco

que cada día piensa que es su día...

Que es su día"...





Un amigo, aprendiz de brujo, canta esto....

Reivindicando el sueño simple de cada mortal, y de cada simple día.

Reivindicando la ineludible tarea de todos y de cada uno en este mundo, donde quiera que se encuentre.

Reivindicando la altura necesaria de cada hombre, para hacer un mundo habitable por el hombre.

Reivindicando la saludable porfía de encarar el día, sabiendo que "el sueño de hace a mano, y sin permiso"...

Reivindicando el propio pasado, sin lamentos, ni culpas, sino solo para saber en qué medida puede eso mismo ayudarnos a construir el porvenir

En fin, si lo vemos parecido, quizas podamos encontrarnos en este sitio.

Y si no, tal vez aprendamos algo nuevo.

Bienvenido



sábado, 22 de enero de 2011

El río

Si, ya lo se,
es el río de nuevo,
el que agita las aguas,
el agua que tocaron tus pies,
la frescura que se fue,
el agua que estalla ahora en tus manos.
Ya lo sé: No hay manera,
no hay cómo, no hay donde.
No hay cuando.
Para donde mires habra esquinas para doblar
o seguir de largo,
y en cada tramo del río que te sumerjas,
siempre,
cristalinamente,
estará cambiando.
Hay ciertas calles que guardan el ritmo de mis pasos,
y esquinas que no podré ver
mas que en sueños.
Asi será...
¿En que  pozo esconderé mi memoria?
¿En que gruta la dejaré olvidada
para recordar que es recuerdo?
¿En que mar dejaré naufragar mis lágrimas
para jurar, de nuevo,
ser la última vez que lo haga?
Hoy veo el final
del último naufragio caprichosamente eterno
que provocan algunos mares.
Saldré en las olas que me ofrece
montada en ellas como siempre he podido,
para volver a la orilla,
esa que es el punto que nos acerca
a la máxima distancia posible que conocen nuestros ojos,
soñando que cada orilla
lleva algo del agua que nos toca.
sabiendo que cada extremo se acerca al otro,
sin saber cuan lejos se esta del principio.
Asi,
solo asi,
volveré del naufragio.

 Mercedes Venturino
 Del libro Ahora

jueves, 20 de enero de 2011

SOY

  El cuerpo frío de esta noche
cae sobre mis pestañas
con el peso de una daga.
 Hacen fuerza mis ojos,
hago cuña con mis párpados,
pero se quiebran, sin remedio,
tan fuertes y tan frágiles,
tanto vieron y tanto callan,
tanto sueñan, y tanto olvidan,
tanto desean, y tanto aguardan...
Mis pestañas...
La luna crece sigilosa,
y casi con envidia
me detengo a mirarla.
Como simpre ha sucedido
me llama desde el olvido,
desde las negras aguas dormidas
de su imperio
me tiende sus alas...
Me subo como puedo,
me trepo como puedo,
despliego las mías,
cargo mi metralla,
soy la dueña de la noche
y no conozco la entrada...
Tengo en mis manos el mundo que deseo
y no puedo besarlo como quiero.
Soy la dueña de sus ojos,
de la altura,
de la letra confundida y su mirada.
pero el camino de regreso se pierde,
inevitable,
en la mañana...
Soy la escriba de su alma,
el testigo del temblor que durante años
esperó en vano...
Soy la cárcel y la llave,
soy la marea que lleva y trae,
soy el fondo del aljibe y el agua que lo refleja,
soy los cabellos dorados
y el recuerdo del trigo...
Soy la cinco de la tarde
y la hora que le antecede,
soy la que grita y calla...
Pero todo esto a la luna,
hoy no le importa,
me mira despiadada,
y yo...
no puedo más que darle mis lágrimas....



Mercedes Venturino
del libro Ahora